
Lo que desconocíamos
Sería una mentira decir que conocíamos a ciencia cierta a los exguerrilleros de las FARC-EP. Las referencias más cercanas que teníamos de ellos eran las dadas por los medios de comunicación, que bien sabemos manejan unos intereses detrás y no cuentan la verdad en su totalidad, o bueno, cuentan la verdad que les conviene. Para ser sinceros de lo desconocido era de lo que queríamos hablar, teníamos la ilusión de llegar a ese lugar y sentir los prejuicios infundados caerse y perder sentido, puedo decir que deseábamos constatar la otra realidad, de verlos, escucharlos y sentirlos cercanos. Se han escuchado muchas voces, pero no la de ellos, nos decíamos. Se han narrado estas cinco tristes décadas de muchas maneras, pero aún hay un espacio por llenar, el de ellos.
​
Teníamos un contacto que nos esperaría en el lugar, nos lo enseñaría y nos contaría su historia y con suerte la de unos cuantos más. ¿cómo serán? ¿nos recibirán bien? ¿querrán ayudarnos? Teníamos muchas dudas y muchas preguntas que nadie nos respondía, teníamos ansias ante lo desconocido. Nuestro contacto en el lugar, en su momento zona veredal, ahora espacio de transición y reincorporación Pueblo Nuevo en Caldono, nos mantenía brevemente informados. Era a veces muy difícil comunicarse, en esas zonas no hay señal, es complicado hablar por un tiempo determinado, las llamadas no entraban y los mensajes no llegaban.
​
Éramos conscientes del dinero que tendríamos que tener para emprender ese viaje y este proyecto, pero no de su valor, del desgaste humano que resultaría, de las bajas y alzas de ánimo, del estrés, las tristezas, pero también de las alegrías que nos daría y de todo el conocimiento que estaba por llegar.
​
Iniciamos nuestro viaje, con la idea de hacer varias paradas en el camino. Caldono, un municipio pequeño y hermoso queda separado de todos los demás. Se debe tomar un bus que salga de Popayán a Pescador y de ahí otro que haga el desvío hacia Siberia y a Caldono. Está alejado, es como si estuviera preconcebido para ser olvidado y apartado de todo lo demás. Está desprotegido y es silencioso, queda por allá al fondo, una curva tras otra conduce finalmente a esta cabecera, con veredas a su alrededor que también están predestinadas a quedarse en el silencio. Los derrumbes en las vías son comunes, dividen el camino en dos, eso hace aún más difícil la entrada, los carros no pasan, las motos sí con suerte, pero si no cuenta con estas debe seguir a pie o “en dos” como dirían. Uno que no es de allá pasa la gota fría al subir la loma que lo destina a Caldono, pero los caldoneños se caminan eso como si de un solo metro se hablara, tal vez por la costumbre de hacer la distancia algo corto y llevadero.
​
Ahora las zonas veredales quedan más lejos todavía, su camino no está pavimentado y el carro que lo recorre deja un rastro de polvo al pasar. Una vez en estas zonas, nada se escucha, se ven las montañas con su neblina correspondiente, a lo mucho se escuchan a los perros que avisan que alguien ha llegado a irrumpir la tranquilidad del momento.
​
Al llegar a Caldono, se ve mucho color, los murales de la reconciliación pero también del reconocimiento cultural y de las raíces lo reciben, el bus se detiene finalmente en el parque, donde el olor a pandebono lo envuelve. Se pueden ver árboles grandes con metros de musgo que les cuelgan como barbas. Un parque muy común, excepto que junto a él se halla una cancha de baloncesto y de fútbol.
​
Al llegar a la zona de transición nos encontramos con unas camionetas grandes, al parecer ese día, a esa misma hora, representantes del gobierno de Colombia escucharían todos los reclamos presentados por los excombatientes en relación con los acuerdos firmados. Lo primero que hicimos fue llamar a Daniel, así se llamaba nuestro contacto, dijo que nos iría a recoger a la entrada del lugar, esperamos, llenos de expectativas y con una imagen de él ya construida.
​
Él llegó, era un joven de una sonrisa tímida y de un rostro sociable. ¿es él? Nos preguntábamos, sin ánimo de decirlo en voz alta. Toda la idea de exguerrillero, de excombatiente terminó en el suelo, en esa tierra fría. El temor no se sentía tan presente, el sentimiento que nos envolvió fue el de la culpa por haberlo imaginado todo ese tiempo como la viva imagen de lo que nos habían dicho de él, de un excombatiente. Ese reconocimiento del otro fue el empujón que nos faltaba para querer más al proyecto, queríamos que la gente, la otra gente sintiera eso, los humanizara y los desmitificara.
​
Al entrar a la zona todo cambió para nosotros, nos imaginábamos un lugar sombrío, pero nos encontramos con un espacio ordenado, con casas prefabricadas, una cancha de fútbol y salones donde se reunían y comían. El lugar estaba lleno de gente en ese momento, nos veían y trataban de comprender nuestra presencia en ese lugar. Lo cierto es que en ese momento no tendrían tiempo para nosotros, el espacio que se había generado estaba pensado para ser una conversación de solo dos partes, del gobierno y de los excombatientes, nosotros tuvimos que apartarnos y esperar nuestro momento.
​
Tiempo después llegó Daniel y nos comentó que en esa reunión ya no habría posibilidad de ser escuchados. Quizá después del almuerzo él podría reunir a unos cuantos y ellos prestarnos atención, pero no nos aseguraba nada. Nos invitaron a almorzar. Junto a una gran olla de sancocho y de arroz se reunían todos los presentes, sin importar si eran del gobierno, de la zona o de otras partes, cada uno tomaba su plato e iba recibiendo en fila su almuerzo. Tenían establecido quien repartía los platos y quien servía el sancocho y el arroz hechos en leña, todo estaba organizado.
​
Después del almuerzo Daniel nos dijo que ya no sería posible ninguna reunión, en el fondo pensábamos que él siempre supo eso, pero no lo quiso decir por formalidad o porque nos vio tan ilusionados que no nos quiso pinchar el globo antes de tiempo.
​
Estuvimos un rato con Daniel y con uno de sus compañeros, Enrique. Nos enseñaron su labor en ese grupo, ellos son comunicadores, igual que nosotros. Nos contaron que antes, cuando estaban en el monte, hacían lo posible por emitir sus programas, que eran veloces en el acto porque podían rastrearlos rápido e impedir su función. De repente sentimos emoción de nuevo, teníamos una gran historia, que valía la pena ser contada y escuchada. Nosotros no teníamos ni idea que nos encontraríamos con dos compañeros de labor, que la comunicación y la producción de contenido era un área que se desarrollaba en la guerrilla y que miembros de este grupo se arriesgaban solo por ser escuchados para que su señal y su modo de ver el mundo le llegara a alguien más.
​
Después de un rato y de una amena conversación en la que pudimos observar algunos productos comunicativos encontramos que era hora de irnos. No llegamos a un gran número de personas, pero los testimonios que escuchamos bastaron para cambiar nuestra idea inicial, nos sirvió para comprender la riqueza de experiencias y relatos que se pueden encontrar si tan solo escuchamos la otra versión de la historia. De dos personas antes desconocidas para nosotras tomamos mucho, cómo habría sido si hubiéramos podido escuchar a los demás. Se necesita sentarse, mirarlos, entenderlos y reconocerlos.
​
Es sencillo juzgar lo que no se conoce y no generar el esfuerzo por cambiar la imagen establecida de algo o de alguien, pero al conocer el rostro y las historias de un ser humano, sus modos de ver el mundo, pueden dar un vuelco impresionante. Daniel y Enrique, fueron la puerta a una nueva relación que nosotros no habíamos tenido antes, fue triste dejarlos sin haberlos escuchado más, ojalá ese último apretón de manos no hubiera sido el último, ojalá esa despedida hubiera sido un hasta luego y no un adiós. Quedaron muchas de sus historias por ser escuchadas, quedaron muchos instancias y decisiones de sus vidas por ser comprendidas. Ese momento y ese día fue mucho lo que nos ayudó, nos permitió conocer lo antes desconocido.
Del espacio de transición y reincorporación Pueblo Nuevo en Caldono no conocíamos nada, teníamos una idea vaga de lo que y de quienes nos encontraríamos.
















































